“Siempre hubo una curiosidad por transformar”

El camino de Marisol para llegar a Vilewolf

De confeccionar con los retazos de tela y peluches de su infancia, Marisol pasó a aventurarse a vivir en una ciudad que desconocía por completo para estudiar diseño de modas, una licenciatura en la que logró desarrollar toda su creatividad, encontró su estilo y aprendió que era lo que a ella le gustaba y como es que quería compartirlo con los demás, pero como a muchos nos pasa, una vez graduada quedó a la deriva, sin saber a qué dedicarse y con el conocimiento de que crear una marca de ropa no era para nada sencillo.

“Mientras más leal seas a lo que te gusta, mejor te van a salir las cosas, porque no hay otra persona que piense igual que tú.”

Aunque probó diferentes trabajos en el mundo de la moda, la idea de crear su propia marca no se le salía de la cabeza, por eso tomo una de las decisiones que le abrirían paso a un nuevo futuro: ahorrar cada peso de su sueldo para emprender su sueño. Es así como VILEWOLF surgió, un concepto de moda en donde las telas transparentes y la estética femenina resaltan en cada una de sus colecciones, jugando con el tul para crear diferentes texturas que le favorecen a cualquier persona.

Ahora Marisol divide su tiempo entre un trabajo estable, que le genera los ingresos suficientes para seguir solventando su marca; y entre su taller, donde crea cada prenda que previamente imagina y bocetea sin seguir tendencias de temporada ni parámetros muy estrictos, dejándose llevar por lo que a ella le gusta hasta llegar al proceso de confección acompañada de su pequeño equipo con el que ya comparte una misma visión para sacar adelante sus proyectos.

La moda puede hacerte cumplir tus sueños

“Me inspira muchísimo ver que a la gente le gusta mi trabajo, saber que una persona totalmente desconocida está usando algo que yo diseñé.”

Estoy segura de que aquellos que han comprado alguna prenda de VILEWOLF se han dado cuenta de su versatilidad: se pueden llevar solas o como complemento. Gracias al movimiento que provocan los relieves del tul con el que están confeccionadas, cuando se llevan puestas se crea la ilusión de flotar, como una medusa que nada entre un mar de gente.

Además del gran trabajo creativo que implica VILEWOLF, también existe una labor de administración que para su diseñadora ha sido todo un reto. El proceso la llevó a planificar mejor su estrategia hasta lograr que la marca sea redituable y de a poco genere ganancias. Es así como Marisol aprendió el valor de su trabajo, dejó de lado sus miedos y logró conseguir que sus prendas se vendieran a través de dos puntos de venta en la CDMX.

Marisol día a día trabaja para hacer que la marca sea más reconocida y así llegar a cumplir otro de sus grandes sueños: abrir una tienda física. Por todo esto, ella es un claro ejemplo de lo que es ser un VISIONARIO que con su esfuerzo y dedicación inspira a que otros se atrevan a perseguir sus metas.

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“Yo soy la única que está consciente de lo que hay detrás de cada prenda.”